1907 - 2005
Débora Arango es dueña de una recia y bien definida personalidad, como mujer y como artista. Su arte es hijo legítimo de su vocación; su valor pureza y sencillez son genuinos productos de su rotunda feminidad. Sus acuarelas y particularmente sus sensacionales desnudos, ponen en manifiesto no sólo la maestría alcanzada por sus manos, que parecen hechas exclusivamente para manejar el pincel, sino también su formidable capacidad de captación. Ella transmite en líneas y en matices, filtrada a través de su propio y exquisito mundo interior, la realidad del mundo exterior.
Débora Arango
Siempre demostró una mezcla de valentía y audacia, un oficio que asumió como suyo sin preguntarle a nadie si debía hacerlo o no. Tuvo maestros, es verdad, y nunca los olvidó, pero principalmente tuvo certezas, y éstas fueron en las que basó su vida.
Mujer encantadora, sencilla e inteligentemente femenina.